En el 2000, se radica un Referéndum Nacional para convocar a una Asamblea Sindical Nacional para de este modo reestructurar el sindicalismo en Venezuela. Antes del año 2000, dos periodos formaban parte de la historia política en Venezuela “puntofijista” y/o “bolivariano” “chavista”.
Los problemas más significativos del sindicalismo en Venezuela se basaban en el grave subdesarrollo de la autonomía de las organizaciones sociales y en el deterioro de la democracia en la vida política.
Para la década de los ochenta se quiso llevar acabo otra etapa en la cual los trabajadores y sindicatos debían participar como socios del Estado a través de la creación de sindicatos Nacionales por ramas de la industria, movimiento que le hacía propuestas al estado para su mejoramiento, esta etapa fue denominada Manifiesto de Porlamar. Pero el proyecto fracaso debido a que el movimiento sindical no pudo reorganizarse para imponer su propuesta. Para el año 1983 el movimiento sindical se ve relacionado con la crisis financiera dada por la política del Presidente Luis Herrera Campins y con la intervención del Banco de los Trabajadores de Venezuela, dando como resultado un grave deterioro del salario, desempleo en grandes cantidades, distorsiones de los mercados existentes, corrupción y disgregación social.
En la década de los 90 se comienza con el Caracazo, donde el proceso de Neocorporativizacion comienza a desintegrarse dando cambios a la junta directiva de la CTV donde es juramentada por el Presidente de la República y dando cambios al financiamiento de los sindicatos materia proveniente del presupuesto público. Ya aquí el movimiento sindical Venezolano se desequilibra debido a la fuerte bajada del crecimiento del empleo productivo dando paso al crecimiento del sector informal, el desempleo, el aumento de la desocupación, esto hizo que los movimientos sindicales fueran subordinados completamente a los partidos políticos y fueran vistos como excluidos del escenario político dando una gran crisis sindical. El golpe al movimiento sindical se ve más afectado con la llegada del Hugo Chávez Frías al poder, ya que diseña una nueva institucionalidad (la quinta República) modificando la Constitución. Lo que se quería era eliminar la poca fuerza que los movimientos sindicalistas tenían en materia de política y derechos en nuestro País.
Lo que se quiere es el arreglo de ambas partes: tanto de la democracia sindical como de la autonomía sindical, es por esto que los trabajadores y grupos externos deben ser firmes en materia de sindicalismo.
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