En Venezuela se ha visto tanto el aumento del desempleo como la falta de seguridad laboral, esto nos lleva a que exista un incremento en la economía informal, dejando atrás la economía activa y por ende dejando una disminución en la población formal. Esto hace que para los jóvenes las ofertas de trabajo sean bajas, aunque ellos tengan el mayor acceso a la educación y a la tecnología.
En vista de esta problemática el gobierno le ha querido hacer frente a través de las “Misiones” dándole a la población excluida y económicamente inactiva de los conocimientos y técnicas necesarias para desempañar una función importante dentro de la economía nacional. Pero lo que se sabe es que aun no sea percibido resultados de estas misiones ni mucho menos se ha logrado el objetivo, el cual consiste en la formación de ciudadanos capacitados para desempeñar un cargo laboral como cualquier otra persona capacitada en nuestro país, aquí lo que se busca es la igualdad.
Si esto cierto las misiones deberían darle bienestar y seguridad a todos aquellos excluidos de la sociedad nacional al igual que para los que prestan sus servicios dentro de ellas, pero no se cuenta con eso ya que para los instructores y/o profesores que reciben sueldos muy precarios, que no sustentan las necesidades básicas ni un gran bienestar, dificultando la voluntad y la disponibilidad de estos.
Es por esto que no se puede adaptar a una población a que sigan lineamientos gubernamentales que prometan resultados para la sociedad y la economía nacional. Aun cuando las misiones representen la gran salida para acabar ciertas irregularidades en cuestión de la problemática laboral existente, deben considerarse y verse desde otro punto de vista y tratar de preparar mejor a todos aquellos participantes para que en realidad se vea el trabajo realizado y exista un lineamiento profesionalmente.
No hay comentarios:
Publicar un comentario